Revista Grao

Els Ploms de Castellò

1851 - El Plom de Castelló
(Pujol o Tossal de Gasset)

PUJOL DE GASSET. Montículo del término de Castellón de la Plana, situado cerca del Grao. A mediados del siglo pasado fueron descubiertos en él, restos arqueológicos clasificables como neo-eneolíticos, sobre los que se superponían otros, posiblemente de la Edad del Bronce y, más superficialmente, edificaciones y materiales de época ibérica, entre los que destaca y ha dado fama al yacimiento, una planchuela de plomo escrito(*) en alfabeto ibérico levantino, hallada el 30 de agosto de 1851. Un año después, dio la primera noticia de este hallazgo el investigador Lorichs en su estudio Recherches numismatiques concernant principalment les monnaies celtiberiennes. Dicha planchuela mide 445 mm. de longitud por 43 mm de ancha. Está escrita por una sola cara, conteniendo un total de 21 palabras y 154 signos. En su día se dijo que había aparecido en un túmulo con esqueletos y restos de edificaciones, un broche de bronce, etc., pero esto no pudo confirmarse. El plomo, se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. (Domingo Fletcher Valls. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo 9, Pág. 204).

Actualmente podemos situar con más detalle el lugar del hallazgo, si este lugar cercano al Grao, lo identificamos como el grupo de San Pedro, o el “olivaret” en su día, junto al colegio L’Illa, en la Avenida del Puerto. Hoy en día el sucesor del propietario señor Gasset del 30 de agosto de 1851, igualmente del mismo apellido, abogado, jubilado y residente en Madrid, continúa siendo el titular de terrenos en las cercanías, dado que no hace mucho tiempo, por mediación del anterior Alcalde de Castellón, D. José Luís Gimeno Ferrer, se le solicitó permiso para que los escolares del colegio L’Illa, pudiesen tener un lugar para el recreo, en parte de sus terrenos, con motivo de unos trabajos realizados en el citado centro.
Circulaban varias versiones sobre los motivos y orígenes de estas excavaciones; una de ellas, parece ser, fueron producto de los primeros trabajos efectuados con motivo del estudio del terreno para comenzar con el tendido de la vía férrea y la instalación de la estación y cocheras del ferrocarril de vía estrecha, que después se conocería por el cariñoso sobrenombre de “La Panderola”. Luego de constatar esta y alguna más, leídas y oídas otras opiniones, y atendiendo a diversos estudios y artículos aparecidos en diversos medios científicos, avalados por firmas como D. Jorge Maier, D.Gustavo Lorichs, D.Martín Almagro, D.Juan M. Abascal, D. Ramón Menéndez Pidal, D. Juan Btª Porcar Ripollés, quienes coinciden que el origen de este hallazgo no fue otro que el movimiento de tierras y relleno de terrenos pantanosos, abundantes en los alrededores del actual Grao, como los que hasta mediados los años sesenta, a lo largo del camí del Serradal, desde el camí de La Plana, hasta el camí de la Ratlla, se ha venido cultivando el Arroz, poblado de abundantes fincas y extensas eras, para la trilla, secado y manipulado de este cereal; lugar conocido asimismo por el apelativo del “Lluent”, por sus condiciones de humedal y donde se podían localizar hasta seis túmulos, tossals o puchols de tierra.

“Puchol o Pujol, se refiere al conjunto de ruinas de algún edificio, o túmulo funerario”.

En varios de los Puchol de los alrededores del Grao, de los cuales se extrajo la tierra para transportarla a lugares húmedos, y convertirlos en terrenos cultivables, no se tuvo ningún cuidado en el manipulado y el transporte de la misma, con la pérdida de posibles restos arqueológicos que todo este subsuelo guardaba o escondía a escasa profundidad; ahora bien, en el desmonte que se practicó el año 1851, de la tierra del tosal de Gasset, entonces propiedad de Antonio Enrich, para trasladarla a un terreno que estaba en la playa, para convertirlo en huerto. Al trasegar la tierra, a muy poca profundidad, así como un palmo más o menos, vieron que en los restos de lo que podía haber sido una edificación, aparecían algunos objetos de barro, unas hebillas de bronce, monedas de cobre (dos o tres). Junto con los restos de cerámica se encontró también un rollo de plomo, el que desenrollado se podía ver una serie de signos en una escritura desconocida, escritos en cuatro líneas, la ultima más corta.

Este descubrimiento tuvo lugar el día 30 de agosto de 1851, a las dos y media de la tarde, siendo los trabajadores Jaime Doménech, Vicente Tomás, Juan y Jaime Gual y José Izquierdo y dos o tres más, todos ellos vecinos de esta ciudad, siendo José Izquierdo quien halló entre los restos cerámicos este rollo de la plancha de plomo que llevaba la inscripción reseñada.

(Tira de plomo hallado en el Grao, en el Pujol de Gasset; 445 mm. ancho y 43 mm.alto) foto: Sergio Ferrer

Según las crónicas oficiales del Gobierno civil de Castellón, esta pieza fue entregada a Vicente Roca, encargado del trabajo de desmonte del puchol, quien lo entregó al Gobernador Civil Domingo Portefaix y éste como miembro de la Diputación Arqueológica, de la Academia Española, lo cedió a su Director, Basilio Sebastián.

Esto trajo consigo una serie de reclamaciones por parte de la Real Academia de la Historia, y la Academia Española de Arqueología; una Comisión, integrada por los académicos Don Antonio Cánovas del Castillo, Manuel Colmenero y Vicente de la Fuente, debe decidir si el Gobernador de Castellón procedió ilegalmente a su entrega ya que debía haber entregado la pieza a la Real Academia de la Historia según las leyes vigentes en 1803 y no a un particular.

Después de una serie interminable de reclamaciones por Museos, Academias, secretarías y Subsecretarías, que hacen interminable la procesión de, cartas, decretos, mandatos. órdenes, traslados, ascensos y descensos, el plomo de Castellón ingresa el día 7 de noviembre de 1868, en el Museo Arqueológico Nacional, bajo la dirección de D. José Amador de los Ríos, donde hoy continúa

Según palabras autorizadas, manifestadas por el Sr. Director del Museo de Castellón, el día de la presentación de este importante documento, este tipo de planchas de plomo eran utilizados, bien como documentos de transacciones mercantiles; bien como documentos del cargamento de una embarcación; también se solían encontrar en los monumentos funerarios, como oración o encomienda a los Dioses, incluso podían ser también unos conjuros para alejar del difunto a los malos espíritus. Hay también quien expone la hipótesis de que este documento, pudo aparecer en esta playa por haber sido traído de otras tierras, por el medio más apropiado en todos los tiempos que era el comercio marítimo.

Sea como fuese, el caso es que desde la edad del Bronce, en un principio y en la época ibérica posteriormente, se detecta en nuestra costa una presencia continuada de asentamientos humanos y por medio de esta tablilla de plomo, una cultura manifestada y escrita en alfabeto ibérico-levantino, que aunque se ha descifrado no se encuentra significado a estas palabras hasta el momento, según nos relata el Sr. Fletcher Valls.

(Detalle del Plomo de Castellón.- foto Sergio Ferrer)
La transcripción del plomo es la siguiente:

Übartiaigis: abariergite: sinebetin: urcecercere: auruniberceai.
Astebeiceaie: ecariu: aduniu: boduei: baidesgi: escusu: sosinbiuru.
Borberoniu: cosoiu: baidesgi: bericarsense: ultiteceraicase.
Argiticer: aicas: balcebiuraies: baides: baniecarse.


Tenemos que agradecer la oportunidad que nos brinda el Museu de la capital, para que durante dos meses podamos admirar esta muestra de la presencia de nuestros antepasados en nuestro mismo Grao, en el tossal de Gasset, desde tiempos inmemoriales, que normalmente tiene su sede en el Museo Arqueológico de Madrid y poder contemplar este valioso ejemplar, pues no es frecuente el desplazamiento de estos documentos fuera de sus habituales lugares de exposición.

El plomo de Castellón es pues una pieza excepcional, no sólo por tratarse del primer documento epigráfico ibérico hallado en España, sino porque forma parte de uno de los tipos epigráficos ibéricos más interesantes ya que son los que proporcionan más elementos de juicio a la hora de profundizar en el conocimiento de la escritura ibérica, como en cierta manera alcanzaron a entrever los doctos integrantes de la Real Academia de la Historia. Hoy en día se conocen alrededor de setenta ejemplares de plomos ibéricos. Su contenido es posible que esté relacionado con asuntos de índole económica o cartas privadas aunque no se excluye que algunos, dado en el contexto arqueológico en que han sido hallados, se puedan relacionar con oraciones funerarias, pero en ningún caso con téseras de hospitalidad más propias del mundo celtibérico, como se ha clasificado en alguna ocasión el plomo de Castellón
Sergio Ferrer de Almenara
Abril 2006

Núcleo de Pujolets en el Grao de Castellón (según Juan B. Porcar)

Pujols del Terme de Castelló, según dibujo y detalle de D.Juan B. Porcar

Nomenclatura de los Pujols en el término de Castellón
(según Juan B. Porcar)

1.—Pujolet Altava 14.—Pujolet Cama
2.— » Campos 15.— » de la Sal
3.— » Baralluga 16.--´Grao Torre
4.— » Talala 17.—Pujolet Bargalefa
5.—Platja Vinatxell-Almalafa 18.— » Xarapio
6.—Pujolet Barrera 19.— » Camí fondo
7.— » Matamoros 20.— » Taraçona
8.— » Almaçorí 21.—Camp de tir
9.— » Carreter 22.—Graó prehistoria
10.— » Menescal 23.—Camí militar romá
11.— » Alegre 24.—Sant Gregori
12.— » Comú de la Torre 25.—Font Borrasota
13.— » Gasset

Sergio Ferrer de Almenara 08 - 2010

eSeferrer

1 comentario:

  1. Excepcional documento histórico, amigo Sergio. Amplia y rigurosamente documentado, invita a cualquier curioso lector a indagar en este apasionante asunto, para llegar a saber más de nuestros remotos ancestros, desafortunadamente tan poco conocidos hasta ahora.
    A mi modo de ver, gracias a tí disponemos de un brillante trabajo de divulgación de nuestra más antigua y genuina cultura.
    Miguel A.

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